Las garzas blancas
vinieron hace años
y se quedaron.
Antes no había
y entonces, las gaviotas,
eran las reinas.
Ahora comparten
la playa con las garzas
y tan amigas.
No somos nada,
decían los ancianos,
desde los muelles.
Viejos marinos
que buscan las siluetas
de las resacas.
Éramos niños,
decían sonriendo,
como las garzas.
También llegamos,
algunos de la aldea
cual peregrinos.
Y nos quedamos,
el mar nos daba el pan
y la esperanza.
Tiempos de ayer,
las garzas nos recuerdan,
con su ternura.
Rafael Sánchez Ortega ©
25/10/21
Sin duda alguna, al igual que las garzas y las gaviotas, nosotros, los humanos, deberíamos aprenden a compartir los espacios los unos con los otros en paz y armonía...
ResponderEliminarFelices Fiestas con salud y bienestar, Rafael.
Abrazo
Debería ser como dices, Impersonem, estoy de acuerdo.
EliminarUn abrazo y Felices Fiestas, también para ti.
Me encanta verlas, son aves muy elegantes, que sigan siempre con nosotos
ResponderEliminarUn abrazo, Rafael, y feliz Navidad
Es un espectáculo bonito, Maripay, sin duda.
EliminarUn abrazo y Feliz Navidad, también para ti.
Preciosos versos ❤❤
ResponderEliminarGracias Galilea.
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