En la escalera
hay unos caracoles
que van subiendo.
Son muy pequeños
y por la barandilla
suben despacio.
Detrás de ellos
asoman unas rosas
hasta tu mano.
Tú te sorprendes,
no esperas estas flores
y me sonríes.
Dices que "gracias"
que pase y te acompañe
en la salita.
Atrás se quedan
cargando con su casa,
los caracoles.
Tomo una rosa,
la llevo hasta tu pelo
y te la pongo.
Te queda bien.
Te miro y te lo digo.
Luego te beso.
En la escalera
quedaron los recelos
y tantas dudas.
Rafael Sánchez Ortega ©
27/09/21
Si las escaleras hablaran Rafael, me traes a la mente una escena.
ResponderEliminarBellos versos.
Un abrazo y feliz jueves
¡Ay, si hablaran, Carmen...!
EliminarUn abrazo y feliz jueves, también para ti.
Este poema tiene un doble fondo, o es mi mente ajjajaj. De todos modos caracoles y flores no hacen buenas migas. Un abrazo
ResponderEliminarPues no sabes la de caracoles que tengo que apartar entre las flores del jardín...
EliminarGracias Campirela. Un abrazo y feliz noche.
joo que dulzura de versos y tú sube a mi ventana del mar y me dejas una rosa, me gustó mucho, un abrazo desde mi brillo del mar
ResponderEliminarGracias por tus palabras, Bea.
EliminarUn abrazo desde el cantábrico.
Qué dudas y recelos queden en barandilla, resbalando hasta el suelo.
ResponderEliminarUn abrazo
Dejémoslos ahí, Maripau.
EliminarUn abrazo en la tarde.