Juegan los niños,
trabajan los mayores
y rueda el mundo.
¡Cuánta utopía,
se escribe en las palabras
y queda bien!
Porque si es cierto
que hay niños en las plazas,
y otros estudian.
Y en muchos sitios
trabajan cual mayores
en mil tareas.
Son como esclavos,
perdida la inocencia
en plena infancia.
Y los mayores
ajustan sus rutinas
a este sistema.
Es el submundo
que late y que pervive
entre nosotros.
Solo unos pocos,
quizás privilegiados
siguen felices.
Pero este mundo,
que nada nos regala,
sigue sangrando.
Rafael Sánchez Ortega ©
09/10/21
Cuanta verdad hay en tus letras, el mundo necesita proteger a tantos niños que nunca han sabido lo que es jugar y necesitan la ayuda de los gobiernos...
ResponderEliminarUn fuerte abrazo
Gracias por tus palabras, Sneyder.
EliminarUn abrazo.
Cruda y triste realidad, imposible de ignorar.
ResponderEliminarUn abrazo.
Cierto Rafael. Gracias.
EliminarUn abrazo.
Hay infancias de pena. Sé que no podemos hacer nada. Verles jugar, sin embargo, me demuestra que la niñez es así de expansiva, así de sin malicia, así de sin rencor.
ResponderEliminarUn abrazo
Sí, Maripau, es como dices.
EliminarUn abrazo.
Tremenda realidad son tus versos.
ResponderEliminarMuy bueno 👏👏👏
Gracias Galilea.
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