Era un sueño de luz y fantasía,
una nota del arpa en el espacio,
una simple libreta y cartapacio,
un temblor de ilusión y fantasía,
con amor y rumores,
y una chispa brillante de colores.
Pero era también, veladamente,
una gota de agua secundaria.
Era pluma y papel, casi diaria,
recogiendo suspiros dulcemente,
que salían del fondo de mi pecho
a buscar ese mundo sin cadenas,
ese mar de sargazos, como lecho,
esa estrella que pasa en un instante,
esos cantos que emiten las sirenas
con su voz tan divina y de diamante.
Era sí, sin dudar, la mariposa,
con su dulce y alegre colorido,
quien buscaba ese néctar en la rosa,
y a la vez, en mi alma su latido.
Se estremecen los leños en el fuego
al purgar en el mismo su pecado,
son cenizas de amor y desapego
con la herida y dolor de mi costado.
Y despierto del sueño con un beso
y no sé si he vivido una locura,
hay resaca mezclada con dulzura
porque amo este sueño, ¡lo confieso!.
Rafael Sánchez Ortega ©
02/01/11
una nota del arpa en el espacio,
una simple libreta y cartapacio,
un temblor de ilusión y fantasía,
con amor y rumores,
y una chispa brillante de colores.
Pero era también, veladamente,
una gota de agua secundaria.
Era pluma y papel, casi diaria,
recogiendo suspiros dulcemente,
que salían del fondo de mi pecho
a buscar ese mundo sin cadenas,
ese mar de sargazos, como lecho,
esa estrella que pasa en un instante,
esos cantos que emiten las sirenas
con su voz tan divina y de diamante.
Era sí, sin dudar, la mariposa,
con su dulce y alegre colorido,
quien buscaba ese néctar en la rosa,
y a la vez, en mi alma su latido.
Se estremecen los leños en el fuego
al purgar en el mismo su pecado,
son cenizas de amor y desapego
con la herida y dolor de mi costado.
Y despierto del sueño con un beso
y no sé si he vivido una locura,
hay resaca mezclada con dulzura
porque amo este sueño, ¡lo confieso!.
Rafael Sánchez Ortega ©
02/01/11
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