"...A veces los poetas escriben con el alma..."
Los poetas escriben muchas veces
sin saber lo que ponen en sus letras,
porque escriben tan sólo con el alma
en la tinta preciada que nos dejan.
Se nos dice que escriben a las musas
y también a la luna y las estrellas,
y que van a buscar en la resaca
la llegada febril de las sirenas.
También dicen, que son como los niños,
los que escriben sus cuentos y poemas,
y que pasan soñando por el mundo
delirando entre versos y princesas.
Pero creo que algunos se equivocan,
al juzgar de manera tan ligera,
al poeta que viene a su cuaderno
a dejar libremente lo que sueña.
Es su mundo febril la poesía,
y su arte, el que sale a su cabeza,
es producto tan solo de su pecho
y del alma sencilla y tan sincera.
Los poetas son seres muy sensibles
se emocionan al ver a las mareas,
al sentir ese beso de la luna
en la noche tranquila y tan serena.
Y también se estremecen dulcemente
cuando sienten llegar la primavera,
cuando arrancan suspiros a las rosas
y los plasman sin más en sus libretas.
Pero ellos escriben con el alma,
la que grita y reclama su presencia,
la que hace que el pecho se acelere,
la que lleva la brisa hasta su puerta.
Es el alma la eterna maravilla,
la que pone las pautas y acelera,
la que lleva la luz a sus sentidos
y a sus dedos les colma de impaciencia.
Pero es la guirnalda de su pecho,
ese broche florido que refleja,
donde late la sangre de la vida
donde nacen los versos de sus venas.
"...Los poetas escriben muchas veces
sin saber lo que el cielo les reserva,
ellos llevan sus letras y palabras
al cuaderno, que cerca, les espera..."
Rafael Sánchez Ortega ©
13/01/11
Los poetas escriben muchas veces
sin saber lo que ponen en sus letras,
porque escriben tan sólo con el alma
en la tinta preciada que nos dejan.
Se nos dice que escriben a las musas
y también a la luna y las estrellas,
y que van a buscar en la resaca
la llegada febril de las sirenas.
También dicen, que son como los niños,
los que escriben sus cuentos y poemas,
y que pasan soñando por el mundo
delirando entre versos y princesas.
Pero creo que algunos se equivocan,
al juzgar de manera tan ligera,
al poeta que viene a su cuaderno
a dejar libremente lo que sueña.
Es su mundo febril la poesía,
y su arte, el que sale a su cabeza,
es producto tan solo de su pecho
y del alma sencilla y tan sincera.
Los poetas son seres muy sensibles
se emocionan al ver a las mareas,
al sentir ese beso de la luna
en la noche tranquila y tan serena.
Y también se estremecen dulcemente
cuando sienten llegar la primavera,
cuando arrancan suspiros a las rosas
y los plasman sin más en sus libretas.
Pero ellos escriben con el alma,
la que grita y reclama su presencia,
la que hace que el pecho se acelere,
la que lleva la brisa hasta su puerta.
Es el alma la eterna maravilla,
la que pone las pautas y acelera,
la que lleva la luz a sus sentidos
y a sus dedos les colma de impaciencia.
Pero es la guirnalda de su pecho,
ese broche florido que refleja,
donde late la sangre de la vida
donde nacen los versos de sus venas.
"...Los poetas escriben muchas veces
sin saber lo que el cielo les reserva,
ellos llevan sus letras y palabras
al cuaderno, que cerca, les espera..."
Rafael Sánchez Ortega ©
13/01/11
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