Ya somos, sin saberlo, dos amantes,
catamos y probamos nuestros besos,
libamos ese néctar tan sagrado,
que fluye de la fuente del silencio.
Amamos el amor de muchas formas,
vivimos en la tierra, bajo el cielo,
sentimos a la sangre que nos llama
y busca nuestros labios tan inquietos.
Pedimos que se callen las palabras
al roce sigiloso de los dedos,
los mismos que componen un poema
dejando en la cuartilla mil deseos.
Deseos de caricias y de abrazos
se mezclan con pasión en nuestros versos,
queremos que repiquen las campanas
y griten este amor, al mundo entero.
Rafael Sánchez Ortega ©
28/01/11
catamos y probamos nuestros besos,
libamos ese néctar tan sagrado,
que fluye de la fuente del silencio.
Amamos el amor de muchas formas,
vivimos en la tierra, bajo el cielo,
sentimos a la sangre que nos llama
y busca nuestros labios tan inquietos.
Pedimos que se callen las palabras
al roce sigiloso de los dedos,
los mismos que componen un poema
dejando en la cuartilla mil deseos.
Deseos de caricias y de abrazos
se mezclan con pasión en nuestros versos,
queremos que repiquen las campanas
y griten este amor, al mundo entero.
Rafael Sánchez Ortega ©
28/01/11
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