Soñé robar el cielo del verano
para llevar el mismo hasta el cuaderno,
pero al dudar mi ser, tembló la mano,
y se quedó ese sueño en el invierno.
Quería secuestrar aquel arcano,
robarle y regalarte el halo eterno,
sentirle con su beso tan humano
y su capa de anciano tan paterno.
Pero soñar, soñar, ¡cuánta utopía!,
el sueño es de poetas y dementes
abriendo la ventana a su locura.
Aunque robar el cielo es osadía,
metáfora de locos y de ausentes,
que buscan en el sueño la cordura.
Rafael Sánchez Ortega ©
01/01/11
para llevar el mismo hasta el cuaderno,
pero al dudar mi ser, tembló la mano,
y se quedó ese sueño en el invierno.
Quería secuestrar aquel arcano,
robarle y regalarte el halo eterno,
sentirle con su beso tan humano
y su capa de anciano tan paterno.
Pero soñar, soñar, ¡cuánta utopía!,
el sueño es de poetas y dementes
abriendo la ventana a su locura.
Aunque robar el cielo es osadía,
metáfora de locos y de ausentes,
que buscan en el sueño la cordura.
Rafael Sánchez Ortega ©
01/01/11
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