Si miro atrás
me veo con mis miedos
y eso es muy triste.
Vive el presente,
me digo muchas veces,
no te acobardes.
Pero la sangre
se altera y se acalora,
sin darme cuenta.
Es instintivo,
escapa a mi control
y me dominaa.
Me paro y pienso
que debo superar
estos momentos.
Pero es difícil
lograr que el corazón
siga en silencio.
Y es que me grita,
me dice que "adelante",
que venceremos.
Hay temporales,
conatos de tormentas,
en esta edad.
En ello estamos
con olas y resacas
de pleamar.
Rafael Sánchez Ortega ©
13/05/21
Mirar atrás lo justo y tener como objetivo superar esos miedos, se puede y se debe hacer.
ResponderEliminarUn saludo.
Tienes razón Verónica O.M.
EliminarUn saludo y gracias por tu visita y comentario.
A vida a veces parece un vendabal, que cuesta afrontar .
ResponderEliminarPrecioso poema.
Un abrazo.
Cierto Amapola.
EliminarUn abrazo y gracias.
Hay que escucharse... "adelante". Son versos esperanzadores, amigo Rafael.
ResponderEliminarMil besitos en la noche.
Gracias por verlos así, Auroratris.
EliminarUn abrazo.
Siempre hay que seguir hacia delante, aunque cueste es lo mejor todo lo demás es dar pasos que no nos llevan a ningún lugar.
ResponderEliminarLa vida es un continuo peregrinar y no sabemos donde encontrarnos esa calma o felicidad. Un beso Rafael.
Somos peregrinos, como bien dices, Campirela...
EliminarUn abrazo y feliz día.
Mirar hacia atrás lo necesario, el resto es hacia
ResponderEliminaradelante, siempre adelante...
Saludos.
Coincido Franconetti.
EliminarSaludos.
Y venceremos, no lo dudes.
ResponderEliminarUn abrazo
Seguro que sí, Maripau.
EliminarUn abrazo.