Se va la tarde
y yo me voy con ella
sin darme cuenta.
Se marcha el tiempo
y yo sigo sus pasos
igual que un sapo.
Es algo triste
estar viendo la vida
pasar sin prisa.
Por eso quiero
vivirla intensamente
y sin dobleces.
Si tú quisieras
tendrías a mi mano
junto a tu mano.
En el camino,
seríamos dos niños
buscando el limbo.
Un nuevo mundo
de letras y de versos
con nuestros sueños.
No habrá fronteras
ni besos que confundan
soles y lunas.
Seremos dos,
las rimas diminutas
de un corazón.
Rafael Sánchez Ortega ©
07/06/21
La ternura y el romanticismo van de la mano de un deseo... se va la tarde, el tiempo, la vida... así es, amigo Rafael.
ResponderEliminarMil besitos en la tarde.
Gracias por tu comentario Cora.
EliminarUn abrazo en la tarde.
Pura ternura de amores que siempre están ahí a pesar de que el tiempo pase. Un placer siempre leerte. Un besote grande.
ResponderEliminarGracias Campirela por venir al encuentro de estas letras.
EliminarUn beso y feliz domingo.
Que bien escribes Rafael, en tus versos en amor y la ternura siempre brotan.
ResponderEliminarmariarosa
Es algo instintivo, María Rosa, a veces me siento muy infantil, pero...
EliminarUn abrazo.
Se va la tarde y vienen los versos.
ResponderEliminarSer dos rimas de un corazón. Y ahí, la plenitud.
Abrazo, Rafael.
Lo has definido perfectamente, Verónica.
EliminarAbrazo.