Fruta salvaje
pendiente de unos labios
ansiosamente.
Plena lascivia
en cuerpo estremecido
por la pasión.
Manos que sudan
y buscan otro cuerpo
para fundirse.
Jardín oscuro
con luces refulgentes
en plena noche.
Volcán ardiente
con lava en los sentidos
que se desbordan.
Y con el magma
la lava se derrite,
vuelve la paz.
El alma tiembla,
el cuerpo se estremece,
suspira el cielo.
Y el fruto amargo
se vuelve un grato néctar
entre los labios.
Rafael Sánchez Ortega ©
22/05/21
La mejor fruta sin lugar a dudas.
ResponderEliminarUn exquisito néctar en tus versos.
Feliz fin de semana.
Un abrazo Rafael.
Gracias por tus palabras Carmen.
EliminarUn abrazo.
Amor con deseo, qué bonita combinación.
ResponderEliminarUn abrazo
Gracias Maripau.
EliminarUn abrazo.
Muy bello poema, enhorabuena.
ResponderEliminarBesos.
Gracias Amapola Azzul.
EliminarBesos.
Cuanta pasión en tu poema, muy bello.
ResponderEliminarmariarosa
Esta poesía es algo diferente pero te salio bordada, muy sensual y romántica a la vez. Me gusto.
ResponderEliminarUn abrazo Rafael.
Gracias sinceras, Campirela.
EliminarUn abrazo.