Un caracol
está en la cristalera
merodeando.
¿Cómo ha subido
y cuándo se ha colado,
este mirón?
Esto lo ignoro.
Lo cierto es su presencia
como curioso.
De todas formas
también entran insectos
y algunas moscas.
Esta presencia
es propia del verano
y los calores.
Arde la calle
con gran temperatura
a todas horas.
También las almas
acusan el cansancio
de estos momentos.
Largos silencios.
Vacíos con carencias
e inspiración.
Hoy, las palabras,
están adormecidas
y con sopor.
Rafael Sánchez Ortega ©
14/07/21
Me has recordado tardes y noches donde el calor veraniego es insoportable y los pequeños insectos andan a sus anchas. Un abrazo Rafael.
ResponderEliminarSí, Campirela, es cierto. Así los recuerdo yo.
EliminarUn abrazo en la noche.
Aquí está haciendo mucho calor y tus palabras oarecen acompañar eso mismo.
ResponderEliminarLindo poema Rafael.
Besazooooo
Qué bonito en su sencillez, me ha encantado.
ResponderEliminarUn abrazo.
Graciasw Noelia.
EliminarUn abrazo.
El caracol buscaba refugio.
ResponderEliminarMe ha llegado el insoportable calor del verano.
Abrazo, Rafael.
Gracias Verónica.
EliminarUn abrazo.