Danzan las ramas
por culpa de la brisa
y del nordeste.
Baile sin nombre
que estira sus siluetas
ante mis ojos.
Siempre me asombra
el dulce movimiento
de estas figuras.
Danzan las olas
que mueve la resaca
junto a la playa.
Es otro baile
y el yodo y el salitre
van de la mano.
Un manto blanco
estira su ternura
hasta la arena.
Bailan las sombras
que llegan a las almas
con tantas dudas.
Son las preguntas
carentes de respuestas
a tantas cosas.
Pero este baile,
sombrío y silencioso,
debo bailar.
Rafael Sánchez Ortega ©
16/07/21
Bailemos, que dulce sensación hacerlo...
ResponderEliminarBesos.
Gracias Laura.
EliminarBesos.
precioso
ResponderEliminarun abrazo
Gracias Inma.
EliminarUn abrazo.
Sensaciones de otoño, hermosos haikus un abrazo desde mi brillo del mar
ResponderEliminarGracias Bea.
EliminarUn abrazo desde el cantábrico.