Sentí los años,
posarse en mis espaldas,
y desperté.
Fueron sus garras,
clavándose en el alma,
las que lo hicieron.
Y regresé,
del sueño y de la infancia,
en el invierno.
Me estremeció
la bruma y las tinieblas
que me cubrían.
¿Dónde quedaron
la luz y las sonrisas
de tantos días?
¿En dónde están
los besos y caricias
de aquellas fechas?
La soledad
ansía compañía
en su vejez.
Miro a los niños
que juegan, disfrutando,
con sus amigos.
Y yo te busco,
en sueños y utiopías,
mi mariposa.
Rafael Sánchez Ortega ©
14/06/21
Entrañables y nostálgicos versos. Creo que hay una etapa de la vida en donde se siente el "peso " de todo lo vivido y mas si se transita en soledad. A veces la carga es demasiado pesada para una sola persona. Muy buen poema, real por sobre todo. Abrazo grande Rafael!
ResponderEliminarGracias Eli Méndez.
EliminarUn abrazo.
Ay esos años, esos besos y esos arrumacos, todos están en ese baúl repleto de recuerdos que es la memoria. Pero mientras lo recordemos los volvemos a vivir de nuevo. Un abrazo Rafael.
ResponderEliminarPd. Perdona a veces una vez que subo el comentario veo que el tabulador tiene un duende ejjaj .
Es como dicesk, Campirela y nada que perdonar por lo del pc.
EliminarUn abrazo y feliz día.
Esa nostalgia que se queda cuando los años y la vida vuela.
ResponderEliminarHermoso poema. ❤
Cierto Galilea.
EliminarGracias.
Otra maravilla.
ResponderEliminarNada mas.
Gracias Erik
EliminarEsa mariposa, que sigue revoloteando ante tus recuerdos.
ResponderEliminarUn abrazo, Rafael
Las vemos todos los días, MariPau.
EliminarUn abrazo.
Cuando la nostalgia nos apresa, caen las fortalezas y esa mariposa aparece revoloteando en el alma, cual ángel de luz.
ResponderEliminarBella creación amigo. Un abrazo, Paty
Gracias por tus palabras Paty.
EliminarUn abrazo.