Aquellas tardes,
preciosas, del verano,
no las olvido.
Fueron hermosas
las horas y minutos
allí gozados.
Hasta el silencio
prestaba su ternura
inmaculada.
Por eso sigue
la infancia en el recuerdo
de vez en cuando.
Y es que el presente
nos dice que la vida
sigue adelante.
Que continúan
las horas y minutos
de otras jornadas.
Y en ellas laten
de nuevo, corazones,
día tras días.
Y hasta los llantos
se mezclan con las risas
de las estrellas.
No te detengas,
me dicen los recuerdos,
sigue soñando.
Rafael Sánchez Ortega ©
08/07/21
La vida no se detiene Rafael.
ResponderEliminarMucha nostalgia en tus letras.
Besazooooo.
Cierto Paula y gracias.
EliminarUn abrazo.
Tu último haiku me llegó al alma, precioso, un abrazo desde mi brillo del mar
ResponderEliminarGracias por tus palabras, Bea.
EliminarUn abrazo.
Buenas, no sé que ha pasado el comentario no me deja subirlo, mira a ver si esta en el spam.
ResponderEliminarNunca dejemos de soñar. Un abrazo.
Sigamos soñando entonces, Campirela.
EliminarUn abrazo y gracias.
Las tardes de verano no se olvidan, pero la esperanza llena de sueños los amaneceres de invierno.
ResponderEliminarFeliz domingo.
Todo queda en el recuerdo Noelia.
EliminarUn abrazo y feliz domingo.