La estrella brilla
y canta y parpadea,
desde los cielos.
Manda mensajes,
palabras sin sonidos,
para los hombres.
A veces llora
y envía lagrimones
en un cometa.
La tierra alcanza
las voces que le llegan
del universo.
Son las estrellas,
las almas de los dioses,
con mil susurros.
Cierra los ojos,
un tanto estremecidos,
con gran candor.
El hombre escucha,
no entiende los mensajes,
se desespera.
Mira a los niños
que observan las estrellas
y que sonríen.
Ellos sí captan
y atienden las palabras
que dan amor.
Rafael Sánchez Ortega ©
23/05/21
Lindo sentir de ese modo las estrellas, cuando las miro algunas veces creo que ellas nos ven chiquitos al igual que nosotros a ellas. Tal vez cada uno de nosotros tengamos la nuestra propia. Un beso Rafael.
ResponderEliminarSeguro que es como dices, Campirela.
EliminarUn beso en la tarde.
Los niños con su inocencia y limpieza emocional todo lo ven sin prejuicios y atentamente. son pequeños sabios de las estrellas y de todo el universo. No deberíamos crecer...
ResponderEliminarUn abrazo amigo. Paty
Es cierto, Paty, deberíamos parar ese tiempo de inocencia.
EliminarUn abrazo y feliz finde.
Las estrellas siempre son emisarias de esperanzas, deseos, protección y poemas.
ResponderEliminarQué pena que con tanta contaminación lumínica apenas se vean.
Menos mal que nos queda tu poema.
Abrazo, Rafael.
Gracias Verónica. Recuerdo noches y estrellas en la montaña... "Sin palabras".
EliminarUn abrazo y feliz domingo.