Te dije adiós
y luego, regresé,
sobre mis pasos.
Seguí las huellas
dejadas en la arena
por tus playeras.
Pasos de niña
mezclados con sirenas
y con resacas.
Me vino un cuento,
de pronto, sin testigos,
con tu recuerdo.
Eran mil sueños
creados en la mente
con ilusión.
Les daba nombres
a todas las personas
y situaciones.
A los rincones,
al mar y hasta el silencio
que tú dejabas.
Pero, en el fondo,
marchabas, a lo lejos,
sin rumbo fijo.
Tras el ocaso
las puertas de la noche
se iban abriendo.
Rafael Sánchez Ortega ©
03/07/21
Un cuento de amor y mar... Qué lindo...
ResponderEliminarBeso grande y que tengas un excelente día.
Gracias Paula.
EliminarBesos.
Hay veces que uno dice adiós porque no queda otra que despedirse, pero eso no hace más pequeño ni liviano el momento de echar de menos.
ResponderEliminarUn besito.
Hay adioses inolvidables Noelia.
EliminarUn beso.
Un adiós a la niñez pero un presente al recuerdo. Bellas palabras repletas de amor y cariño.
ResponderEliminarAbrazos de tarde.
Gracias Campirela.
EliminarAbrazos en la noche.