Me duele el alma,
decía el vagabundo,
me encuentro solo.
Te estremeciste,
oyendo sus palabras,
sin darte cuenta.
Y aquel dolor
bebiste de su cáliz.
Lo hiciste tuyo.
Todos vagamos
por tierras y fronteras
buscando un algo.
Algo que alegre
al alma tan inquieta
que está en nosotros.
Pero se escurre,
se oculta y se transforma
lo que buscamos.
Por eso el alma
camina, dolorida,
y el corazón.
Fallan las fuerzas,
flaquean los sentidos.
Todo da igual.
Así que el grito
que escucho, al vagabundo,
lo hago mío.
Rafael Sánchez Ortega ©
27/07/21
Ese grito del vagabundo silencioso y nostálgico nos llega a todos, Rafael. Todos caminamos con la esperanza de encontrar seres queridos, sueños y proyectos. La vida es puro caminar y arriesgarse, amigo.
ResponderEliminarMi felicitación y mi abrazo, Rafael.
Ocurre muchas veces que escuchamos a personas que nada tiene que ver con nosotros, pero sin embargo los sentimientos que ellos proclaman tan bien son un poco nuestros.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo Rafael.
Cierto Campirela, ocurre con mucha frecuencia lo que dices.
EliminarUn abrazo.
El Alma nos duele muchas veces. Pero… ¿No es hermoso ver cómo crece el Alma con tantas experiencias?
ResponderEliminarUn abrazo.
Celia.
Es cierto, esa es la parte positiva y así hay que verlo, Celia.
EliminarUn abrazo.
Un alma bella puede crear ese bello poema y ese eres tú.
ResponderEliminarFeliz descanso.
Gracias Paula.
EliminarUn abrazo en la tarde.
Todos vagamos en nuestro mundo propio, muchas veces duele, otras es el alimento del alma, preciosas letras.
ResponderEliminarCierto, María del Rosario.
EliminarUn abrazo y gracias.
Cuánta razón en esa frase, "todos vagamos". Me ha encantado.
ResponderEliminarUn abrazo.
Gracias Noelia.
EliminarUn abrazo.
Hay gritos en los uno no sólo se identifica, se hace propio.
ResponderEliminarUn abrazo
Coincido, Maripau.
EliminarUn abrazo.
En el fondo todos somos vagabundos.
ResponderEliminarPreciosos versos.
Gracias Galilea.
Eliminar