Rosa de seda,
recuerdo de la infancia,
ya tan lejana.
¡Qué suavidad
dejabas con tu roce
y tu ternura!
Sigues presente,
te siento en la distancia
y no te olvido.
Rosa florida
que dabas alegría
con tus colores.
Eras el labio
buscado y la sonrisa
para besarte.
Y así lo hacía,
cerrando bien los ojos
con un suspiro.
Rosa sangrante
tomaste de mis venas
su transfusión.
Fuimos hermanos,
unidos en esencia
por el candor.
Hoy celebramos
habernos conocido
con devoción.
Rafael Sánchez Ortega ©
4/08/21
Qué recuerdos tan bonitos te trajo la imagen. Por las rosas de seda, que no falten
ResponderEliminarUn abrazo, y feliz tarde
Gracias Maripau, que no falten nunca de nuestros corazones.
EliminarUn abrazo en la tarde.
Un homenaje a tu rosal de la infancia. Hermoso recuerdo convertido en poesía.
ResponderEliminarmariarosa
Gracias por tus palabras, María Rosa.
EliminarUn abrazo.
Una metáfora preciosa, amigo Rafael.
ResponderEliminarMil besitos en la tarde.
Gracias por apreciarla así, Auroratris.
EliminarUn abrazo en la tarde.
Un abrazo de seda en la tarde.
ResponderEliminarOtro abrazo para ti, Laura y gracias.
EliminarEsa rosa guardada en un bello frasco podría representar la belleza enjaulada, al leer las letras, la rosa salio, se olio y hasta dejo herida. Bellas metáforas con sentido.
ResponderEliminarUn placer leerte. Abrazos.
Gracias Campirela, bien leída la metáfora.
EliminarUn abrazo en la noche.