Y fue verdad
y el cielo y las estrellas
nos saludaron.
Éramos niños
jugando como adultos
en nuestra infancia.
Y respondimos
al cielo y a la noche
con un suspiro.
Ábreme el alma,
decían en silencio ,
los corazones.
Y se miraron,
hablaron sin palabras
en un momento.
Surgió la magia,
la luz en las pupilas
y hasta el amor...
Hoy, en presente,
miramos las estrellas
y hasta lloramos.
Se pasó el tiempo
de amar y de los sueños
sin darnos cuenta.
Pero te invito,
vivamos este tiempo
sin tener miedo.
Rafael Sánchez Ortega ©
20/08/21
Una invitación maravillosa, tal vez no sea como entonces... pero sigue siendo.
ResponderEliminarMil besitos en la tarde, amigo Rafael.
Gracias Auroratris.
EliminarUn abrazo en la tarde.
Bonita declaración de sentimientos, saludos cordiales desde mi querida Guatemala
ResponderEliminarGracias Starlight.
EliminarUn saludo desde España.
Gracias por tu visita y comentario, Arthur.
ResponderEliminarUn saludo.
Esa invitación siempre hay que aceptarla, aunque el tiempo haya transcurrido el amor sigue ahí en esas estrellas que un día juntos miraron. Sin duda de otro modo, pero no por ello menos gratificante. Un abrazo y felices sueños.
ResponderEliminarGracias por tus palabras, Campirela.
EliminarUn abrazo en la noche.
Preciosa invitación. Muy bello.
ResponderEliminarGracias Galilea.
EliminarUn sueño compartido Rafael. Muy buen versar...
ResponderEliminarGracias Anton.
EliminarSaludos.