Te vi llegar
con pasos vacilantes
hasta su lado.
Yo estaba allí,
mirando al horizonte
desde la barra.
Y tú viniste
a ver, en la distancia,
el mar azul.
Y sin palabras,
hablamos a las olas
y las oímos.
Fue algo bonito
charlar y conversar
de esta manera.
¡Que bella unión,
el diálogo en la tarde
y en soledad!
Pasaron barcos
llegando de la pesca
y de altamar.
Llegaron olas
en medio de resacas
hasta la playa.
Y allí, nosotros,
de pronto nos miramos
y sonreímos.
Rafael Sánchez Ortega ©
03/09/21
Una preciosa conversación aunque el silencio sea la nota principal. Las palabras hay veces que sobran solo la mirada habla por ellas.Un abrazo y muy feliz fin de semana.
ResponderEliminarComo bien dices, "a veces sobran las palabras", Campirela.
EliminarUn abrazo y gracias. Feliz noche.
Una conversación maravillosa.
ResponderEliminarGracias Galilea.
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