Vuelan los sueños
fugaces de los niños,
y los mayores.
Sueños que llevan
deseos infantiles
y otros curtidos.
Algunos días
de paz y de sonrisas
que se precisan.
Aquel amigo
que juega por la playa
junto a las olas.
El del trabajo,
con cejas concentradas
y siempre alegre.
Pero con sueños,
sencillos y factibles
siempre en sus ojos.
Quiero esos sueños,
pasados y futuros
que he señalado.
Los necesito.
Es parte de la vida:
¡La fantasía.!
Seamos niños
soñando ser mayores,
¡no hacemos daño!
Rafael Sánchez Ortega ©
10/09/21
El último verso me hace recordar que es cierto, cuando somos jóvenes queremos ser adultos y cuando llegamos a la madurez como nos gustarla retroceder y volver a vivirla otra vez. La vida es un sueño, con momentos de lucidez.
ResponderEliminarUn abrazo Rafael.
Coincido contigo, Campirela, pero así somos.
EliminarUn abrazo en la noche.
Que siga el vuelo de los sueños, Rafael. A nuestro alrededor hay mucha carga negativa y materialista. Necesitamos soñar, sentirnos niños-jóvenes, mirando la vida con ojos nuevos. Muy bueno, amigo. Gracias por tus versos soñadores.
ResponderEliminarMi abrazo entrañable y feliz noche.
Intentaremos seguir con los sueños, María Jesús, aunque hay que tener cuidado y no "empacharse" con ellos, porque la realidad se impone.
EliminarUn abrazo y gracias.
Que cierre...
ResponderEliminarGracias Anton.
EliminarO sonho comanda a vida.
ResponderEliminarMal de nós se o sonho não acompanhasse todas as idades.
Abraço amigo.
Juvenal Nunes
Gracias Juvenal.
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