Un caracol
avanza, en la ventana,
por los cristales.
¡Cuánta osadía
emprende el insensato
sin darse cuenta!
Tras esos pasos,
que son una escalada,
tendrá la meta.
El cielo raso
del porche de la casa
le detendrá.
Quizás, entonces,
no sepa si seguir
o regresar.
En otros viajes
terminan con sus vidas
los compañeros.
Si me doy cuenta
mis manos los recogen
y los reubican.
Pero son tantos
y suben tantas veces
que es imposible.
Por eso siento
saber, que en su escalada
van a la muerte.
Rafael Sánchez Ortega ©
06/08/21
Rafael, no van a la muerte (espero!!!).
ResponderEliminarPrecisamente hoy he visto un caracol en el techo del portal. Son increíbles.
Abrazo.
Normalmente no creo que busquen la muerte, pero, a veces, se meten en porches que no tienen salida, y a eso me estaba refiriendo, Verónica. Es una pena.
EliminarUn abrazo.
Interesante escrito, saludos cordiales desde mi querida Guatemala
ResponderEliminarGracias por tu visita y comentario Starlight.
EliminarUn saludo desde España.
Esos caracoles a veces son unos suicidas, no saben donde se meten.
ResponderEliminarPero bueno en su recorrido va su alegría. Un abarco Rafael.
Gracias por tus palabras, Campirela.
EliminarUn abrazo en la noche.
La mirada del poeta volande en este poema Rafael... Un gran Abrazo. Gracias
ResponderEliminarGracias por tu comentario, Anton.
EliminarUn abrazo.